miércoles, 2 de mayo de 2007

Perra muerte

El rojo asoma. Tímido, oscuro, débil. Y ahí los tienen: inmóviles, inertes. El rojo brota. Líquido, veloz, impúdico. Y ahí están ellos, mirándose, acusándose, culpándose. El niño llora, el padre grita, el conductor se esconde, el veterinario apura impreciso y aquí estoy yo. El rojo corre. Torrente, intenso, espeso. El rojo escapa y nadie lo detiene. Quizá fui yo en un arresto instintivamente animal. Quizá la puerta que no supieron cerrar. Quizá la impune coraza con ruedas. Quizá este médico desorientado. Quizá mil cosas. Pero el tiempo no vuelve. Y el asfalto está frío, y estos huesos pesan, y los párpados también, y esta herida gana. El rojo ahoga. El negro cubre. La perra vida se hace muerte.

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